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martes, 22 de diciembre de 2009

Recordando clases de economìa

La Edad Media se caracterizó por el teocentrismo y el poder eclesiástico. El principal pensador de la época fue Santo Tomás de Aquino (Italia, 1225-1274), quien se inspiró en las ideas de Aristóteles. Uno de los grandes cambios fue la dignificación y obligatoriedad del trabajo como medio para alcanzar la felicidad, estableciéndose Jesucristo como modelo de vida ―y particularmente de trabajador―. Aparecieron así los conceptos de salario justo para los trabajadores dependientes (debían ser remunerados según el trabajo que realizaban) y el de precio justo para los independientes (se debía pagar el precio que correspondiera a los bienes o servicios que proveían). Se declaró, asimismo, el derecho a la propiedad privada (resultado del esfuerzo efectuado por el trabajador) y se prohibió ―inicialmente― el interés en los préstamos (usura). El capitalismo se presentaría finalmente como una amenaza al poder hegemónico de la Iglesia y de los señores feudales.

En el pensamiento económico no sistematizado los interrogantes económicos eran de tipo técnico-organizativo: «¿Cómo construimos un dique para almacenar agua en verano?»; y posteriormente se volvieron de tipo moral-religioso: «¿Es justo el cobro de intereses?»; «¿Cuál es el justo precio al que debo comprar esos bienes?»; «¿Cuál es el justo salario del trabajador dependiente?».

Fuentes; Historia de la economía; Paul Krugman: Adam Smith.

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